Hoy, día de San Valentín, vamos a hablar de sentimientos y por supuesto de amor.
Como ya he dicho en diversas ocasiones, yo vivo mi vida con mucho afecto de todas las personas que forman mi entorno más cercano, pero ante todo, a mí me han enseñado que el amor de verdad siempre es recíproco, independiente de que proceda de la familia, la pareja o los amigos.
La diversidad funcional no es ningún obstáculo, ya que las emociones y los sentimientos están en cada uno de nosotros aunque tengamos diferentes formas de demostrarlos. Nosotros también tenemos la capacidad de poder enamorarnos y sentir, no somos de piedra.
El amor sólo suma, por eso soñamos con ser felices compartiendo nuestras vidas con las personas que amamos, por ello me gustaría visibilizar y reivindicar el derecho a buscar nuestra felicidad, conocer gente y poder expresar afecto, sin que parezca algo extraño.
En diferentes etapas de nuestras vidas todos ansiamos encontrar esa alma gemela que nos merecemos. Gracias a eso NOS SENTIMOS VIVOS y podemos vivir experiencias que enriquezcan nuestras vidas para aprender de ellas.
El amor es un idioma universal, por tanto, tendría que prevalecer la persona y los sentimientos por encima de los prejuicios y opiniones. Todos tenemos derecho a amar y ser amados, cada uno a nuestra manera, el corazón no juzga, sólo ama.
Terminaré diciendo que ¡VIVA EL AMOR Y LA FELICIDAD!
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