Los pilares que definen la mujer que soy

 

 Hoy, con motivo del Día Internacional de la Mujer, os quiero contar como he llegado a ser la mujer que soy ahora. 

Puedo decir que gran parte de la razón de ser quien soy, es gracias a como me educaron. 

Fueron estrictos con mi educación y comportamiento y me trataron en igualdad con mi hermana. Crecí jugando con todo tipo de juguetes: me gustaban las muñecas, las “cocinitas”, los coches teledirigidos… Veía las series televisivas que eran consideradas “de niñas”, así como las que se decían “de niños” porque eran de fútbol o de lucha como los Power Ranger, y era algo que en mi entorno siempre fue visto y tratado con total normalidad.

 

Mi condición de persona con discapacidad ha influido en todas las etapas de mi vida, ya que desde niña he pertenecido a las redes del asociacionismo, pero fueron mis padres quienes en mi infancia me inculcaron valores como respeto, tolerancia, igualdad y también empatía, lo que ahora en mi vida adulta, me ha servido para ser consciente de las desigualdades que puedo sufrir: primero, por ser mujer y segundo, por mi condición de ser una persona con discapacidad.

 Me considero una mujer de 36 años, fuerte, valiente y resiliente porque me he tenido que reinventar más veces de las que me hubiera gustado, pero eso ha sido la mejor manera para ir construyendo mi persona actual. Sigo siendo luchadora, afrontado con mucha fuerza todos los acontecimientos que se me han ido presentando en el camino de la vida. En algunos aspectos soy idealista y eso me hace que siempre defienda aquello en lo que pienso, en mis creencias. Soy inconformista y me revelo en contra de las injusticias porque en general me considero soñadora por naturaleza.

También me defino como una persona segura de sí misma, que no deja de ser consciente de cuales son sus limitaciones, pero con una buena autoestima y orgullosa de como es. Tengo criterio propio, tengo súper claras mis metas y es difícil que haya alguien que me haga desistir en mi empeño si es algo que realmente quiero conseguir, por ello, siempre me he empeñado en acabar con las barreras o por lo menos, intentarlo. 

Mis aficiones son muy diversas, me puede gustar pasar un día con mis amigas charlando y en cinco minutos arreglar el mundo, pero del mismo modo me gusta ver por televisión partidos de fútbol y baloncesto. Además, quien me conoce, bien sabe que, desde mi adolescencia, me apasiona todo lo que esté relacionado con el mundo del motociclismo, ya sea en la categoría de MotoGP o en motocross.

Por otro lado, en cuanto a mis amistades, desde siempre me relacionado de igual forma con chicas que con chicos, respetando la forma de pensar de cada cual y he tenido la inmensa suerte de que todo mi entorno me acepte tal como soy. Siempre me han aportado una visión más abierta del mundo y me han ofrecido la suerte de ver el mundo con otros ojos.

En el terreno más personal, creo que con el paso del tiempo y la madurez que otorgan los años, voy eliminando ideas que tenía en mi infancia. 

Las relaciones amorosas que he tenido me han reeducado con respecto a mis pensamientos y sentimientos, pero yo diría que las lecciones más importantes que he podido obtener son que para querer bien a los demás, primero me tengo que querer a mí misma; y nunca perder el amor propio. Una relación se tiene que basar en el respeto, por eso quiero que respeten, tanto mi integridad física, como mi forma de pensar. He ido transformando mi mentalidad como mujer, ahora me pongo a mi como prioridad: YO SOY MI PROYECTO MÁS IMPORTATE. Como siempre digo, mi máxima es buscar mi felicidad.

 

En cuanto a la idea que tengo sobre el concepto de género, en mi opinión, yo como mujer, no considero que sea mejor que un hombre simplemente por el hecho de haber nacido con género femenino. Del mismo modo que no considero que un hombre sea superior a mí, por el simple hecho de pertenecer al género masculino. Para terminar con la discriminación de género y con cualquier otro tipo de desigualdad debe ser una lucha conjunta entre hombres y mujeres, ya que garantizar que se cumplan nuestros derechos, beneficiará al bien común de toda la sociedad, indistintamente de su sexo. 

 

La única manera de considerar si una persona es mejor, igual o peor que otra, debería ser entrando a valorar las capacidades, las aptitudes o las habilidades. Cualidades cuantificables de forma objetiva con un fin. Sin ir más lejos, en mi vida personal, he tenido que demostrar y acabar con ideas preconcebidas sobre mí, que me han infravalorado por ser una mujer con discapacidad, pero mi forma de ser, mis conocimientos y habilidades han hablado por sí solas, acabando siempre por sorprender y cambiando aquella primera impresión errónea que se tenía sobre mi persona.

 

Al igual que me parece súper importante que las niñas que tienen algún tipo de discapacidad deberían saber y conocer que existen maravillosos ejemplos de mujeres con discapacidad que fomentan el empoderamiento femenino y que ponen en valor las capacidades y cualidades de cada mujer, sea cual sea su condición. Utilizan su repercusión en redes sociales para mostrar y dar a conocer la situación y perspectiva del colectivo de las personas con discapacidad, para que las niñas y mujeres de hoy sepan que, si se lo proponen, ellas pueden en el futuro convertirse en otros referentes para sus próximas generaciones.

 

En algún momento, todas las personas que han sido parte de mi entorno han influido en mi forma de ver el mundo. Tengo maravillosos ejemplos de mujeres tanto en mi familia, como entre mis amigas y compañeras de asociación. 

Con ellas siempre puedo aprender para convertirme en un mejor modelo de mujer en el futuro. Y como idealista que soy, albergo la esperanza de que, con los años, las nuevas generaciones de mujeres y hombrespuedan avanzar tanto en su forma de entender el mundo, como también en la mejora de los derechos, para llegar a ser una sociedad que evoluciona acorde con nuestro tiempo, y eso significará que estaremos viviendo según el siglo XXI. 

 "Un derecho no es algo que alguien te da; es algo que nadie te puede quitar."