Todos tenemos el ideal de como nos gustaría que fuese nuestra vida, pero entonces es cuando la vida decide sorprenderte. Quizás sea algo que ni pensabas que a ti te sucedería y de repente trastoca todo lo que creías que sería tu realidad. Después de asumirlo es cuando toca tomar una decisión: quedarte en tu zona de confort o bien demostrarte a ti mismo y al resto del mundo que por muchas adversidades que se presenten, hay errores útiles de cometer. Errores que te lleven a plantearte nuevos motivos para seguir hacia delante. Siempre existe la posibilidad de elegir y lo debemos hacer desde nuestro interior.
Debemos atrevernos a descubrir y, de vez en cuando, permitimos fallar, pero a lo que nunca tienes que renunciar es a LAS GANAS!!
Las ganas tienen que ser esa motivación que te permita crear una nueva vida. No hay que dejar escapar las oportunidades. Si crees y no pierdes la esperanza, la vida puede parecerse a uno de esos escenarios que al principio podrían parecer algo soñado. Desde ese momento será tú presente, para luego convertirse en el resto de tu vida. Si aprendes a adaptarte y sacarle partido a las circunstancias, al final comprenderás que es mejor vivir siempre pensando que lo mejor aún esté por llegar, ya que en lo inesperado se esconde lo maravilloso.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que...
Que existen otras realidades muchísimo más duras si miramos al que tenemos al lado. La vida a veces no es justa pero nos sirve para ver lo afortunados que llegamos a ser por el camino que nos hemos forjado. Y aunque a veces ni se nos pase por la mente, podemos servir de ejemplo a otros gracias a nuestra forma de vivir y esa será una de las mayores satisfacciones que podamos tener.
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