Se suele decir que uno escribe sobre lo que conoce, lo que siente o lo que necesita sacar de sí mismo para verlo desde otra perspectiva. Así que no hay nada que conozca mejor, ni quiera conocer mejor que a mí misma.
Hoy quiero hablar de aquello que haré para convertirme en la mariposa que me gustaría llegar a ser.
Hay ciertos episodios en la vida que te enseñan cómo quieres ser y otros con los que tienes que aprender a vivir, sin más. Pero ambos te acercan un poco más al propósito de vida final.
Mi actitud es en esencia alegre, soñadora, con ganas de crecer y descubrir el mundo, divertirme a lo grande, seguir luchando cada día, pero ante todo pelar por seguir siendo feliz como cuando era niña. Lamentablemente, esto es sólo una cara de la moneda, no todo es felicidad.
Mis peores vivencias con el tiempo me han hecho ser más consciente de que hay cosas que cambiar, o dejar atrás. Quizá durante un tiempo, estas etapas me hayan marcado, pero a la vez me han servido para estar siempre en constante cambio con el único propósito de mejorar, lograr evolucionar y, como fin último, llegar a ser la mejor versión de mí misma. Es verdad que de lo malo puede surgir algo mejor, y es por ello que ya ha llegado el momento de olvidar el pasado, superar el dolor, y poner fin a ese capítulo. Es el momento de dar el salto al color y vivir valorando las cosas maravillosas que tengo en mi vida. Tengo la esperanza plena de ser esa maravillosa mariposa que vuela libre, brilla y sonríe a la vida, porque ha alcanzado la felicidad.
Comentarios
Publicar un comentario