En esta publicación quiero hablar sobre igualdad, pero esta vez sin tener nada que ver con género sino para tratar sobre la igualdad de oportunidades en el ámbito laboral dirigido hacia el colectivo de las personas con diversidad funcional. Vivir con diversidad funcional supone conseguir las cosas con mayor esfuerzo, lo que no implica que tengamos que renunciar a aspiraciones y metas que deseemos alcanzar.
Todos tenemos habilidades y cualidades que nos llevan hacia aquello que nos gustaría dedicarnos, ya sea por vocación, o bien para lo que nos hemos formado. Así que es muy importante potenciar tus mejores virtudes para que te ayuden a alcanzar cualquier propósito y te sirvan de motivación.
Sin darnos cuenta, continuamente tratamos de encontrar el lugar de trabajo idóneo donde sentirnos valorados y también realizados. Y cuando la diversidad funcional entra en la ecuación, en ocasiones las dificultades se hacen más visibles y se imponen ante las capacidades. Y todo esto, frecuentemente, nos dificulta que haya equilibrio e igualdad de oportunidades.
Por todo esto, si realmente se pusieran en alza las capacidades, y desde la administración se dotaran los recursos y medios necesarios que mejorasen la accesibilidad en los puestos de trabajo, y las empresas fomentarán la contratación de personas con diversidad funcional se favorecería el libre acceso al empleo y equipararía la igualdad de oportunidades, cumpliendo así con lo que se estipula por ley. Es fundamental acabar con la discriminación dentro del ámbito laboral en lo que a la diversidad funcional se refiere y para ello hay que seguir luchando y seguir adelante, porque el trabajo es un derecho, y que todos podemos acceder a este sería alcanzar el éxito.
Trabaja duro en silencio y tu éxito se encargará del ruido
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